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El país ha dado un salto histórico en materia de pagos inmediatos, gracias al lanzamiento oficial de Bre-B.
Plataforma interoperable del Banco de la República que permite realizar transacciones digitales en tiempo real, 24/7, entre diferentes entidades financieras y sistemas de pago.
Esta infraestructura marca un punto de inflexión en el sistema financiero local, no solo por la velocidad y disponibilidad permanente de los pagos, sino por su impacto directo.
El cual se expresa en competitividad, inclusión financiera y digitalización de comercios formales e informales.
Durante el pasado eCommerce Fest, voceros del Banco de la República destacaron que el país se suma a un selecto grupo de jurisdicciones con sistemas de pagos interoperables en funcionamiento.
Una meta que tardó cerca de tres años desde su ideación hasta su despliegue total.


Bre-B, más allá de la transacción
El sistema Bre-B no se limita a mover dinero de un punto A a un punto B.
Es una arquitectura que integra actualmente más de 85 sistemas financieros, con 128 entidades participantes y cinco plataformas activas, según cifras del Banco de la República.
Su enfoque va más allá de la simple transferencia: busca habilitar servicios de valor agregado, mejorar la experiencia de los usuarios y fortalecer los cimientos para el crecimiento del comercio electrónico y de los pagos a comercios.
El proyecto permite que cualquier usuario o empresario pueda recibir u originar pagos desde cualquier cuenta, en cualquier entidad, de forma instantánea,
Esto representa un cambio estructural frente a los ecosistemas cerrados que históricamente fragmentaban el mercado. Agrega Ana María Prieto, directora de sistemas de pago del Banco de la Republica.
Inclusión financiera e interoperabilidad: dos pilares clave
Uno de los objetivos centrales de Bre-B es promover la inclusión financiera.
Al permitir que entidades del sector solidario -como cooperativas y cajas de compensación- se integren a la red, se amplía el acceso a servicios financieros en zonas rurales y apartadas del país.
Además, la interoperabilidad técnica y operativa es el corazón del sistema: garantiza que usuarios y comercios puedan transar sin importar la entidad emisora o receptora.
Este modelo reduce costos, fomenta la competencia y estimula la innovación en pagos digitales.
El resultado inicial ha sido contundente, agrega Prieto: más de 88 millones de llaves registradas, equivalentes a 32 millones de colombianos.
Y más de 15 millones de operaciones procesadas desde su lanzamiento oficial en octubre, con un ticket promedio de $140 mil pesos.


La seguridad: un desafío compartido
El Banco de la República advirtió que, junto con el crecimiento acelerado del sistema, surgen retos en materia de seguridad y prevención del fraude digital.
Aunque las “llaves” del sistema se han popularizado rápidamente, los usuarios deben entender que no son contraseñas y que no deben compartirlas con terceros.
Para mitigar riesgos, se ha creado una mesa técnica de monitoreo conjunto entre el Banco y la industria, enfocada en detectar nuevas tipologías de estafa, promover la educación financiera y garantizar la confianza de los usuarios.
El mensaje es claro: la innovación en pagos exige educación, prevención y colaboración constante.
El futuro de los pagos en Colombia
Bre-B apenas comienza. El Banco de la República proyecta que la siguiente etapa incluirá nuevos casos de uso, como los recaudos empresariales, la dispersión de subsidios y los pagos masivos.
Además de servicios “superpuestos” para fortalecer el comercio electrónico interoperable.
También se evalúa la participación de nuevos agentes no financieros, como fintechs o plataformas tecnológicas, que podrían integrarse al ecosistema bajo modelos regulados y seguros.
En palabras Ana María Prieto en su exposición: este no es un punto de llegada, sino el inicio de una transformación financiera que combina tecnología, inclusión e innovación.


El sistema Bre-B es más que una infraestructura de pagos
Se ha convertido en el reflejo de una Colombia que avanza hacia una economía digital conectada, interoperable y en tiempo real.
El reto ahora será mantener el equilibrio entre seguridad, usabilidad y expansión, asegurando que los beneficios de la interoperabilidad lleguen a todos los ciudadanos y empresas del país.

















