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La calidad del aire, uno de los elementos más esenciales para la vida, se enfrenta a amenazas crecientes que comprometen la supervivencia humana. En Colombia, un país en rápido desarrollo, la contaminación atmosférica es un problema ambiental crítico que afecta la salud pública y el bienestar de sus habitantes.
La creciente demanda de recursos, impulsada por el aumento poblacional, la expansión urbana y la industrialización, presenta desafíos únicos. Ante esta realidad, es urgente que tanto el gobierno como la ciudadanía asuman un compromiso activo para hacer frente a la crisis ambiental y avanzar hacia un futuro más sostenible.
Crecimiento poblacional y mayor consumo de recursos
Con una población en constante crecimiento, el uso intensivo de recursos es inevitable. El sector de la construcción, la generación de energía y la tecnología son fundamentales para sostener el desarrollo urbano. Sin embargo, el costo ambiental de satisfacer estas demandas es alto. En particular, el del sector automotriz.
El crecimiento en la producción y uso de vehículos ha traído consigo un desafío ambiental adicional: el incremento desmedido de la fabricación de neumáticos. En 2022, se generaron aproximadamente 1.500 millones de neumáticos desechados a nivel mundial, en China, Estados Unidos, la Unión Europea, Japón e India, es decir una representación en estos países del 88 %, convirtiéndose en los mayores productores y, a la vez, los mayores generadores de desechos. Aunque una parte de estos neumáticos se reutiliza o recicla, una gran proporción termina siendo quemada, almacenada o abandonada, lo que ocasiona graves problemas ambientales.
La quema de neumáticos: Un problema silencioso
En Colombia, la quema de neumáticos es un problema significativo, especialmente en ciudades densamente pobladas como Medellín. Chatarreros y recicladores informales recurren a la quema de llantas desgastadas para extraer alambre de cobre, lo que les permite obtener $30.000 pesos el kilo, pero el costo de liberar contaminantes peligrosos en el aire es muy alto.
Ya que esta práctica libera no solo dióxido de carbono, también sustancias químicas altamente tóxicas como el azufre, el cadmio y el mercurio, que no solo contaminan el aire, sino que también se infiltran en el suelo, afectando su calidad para producir cinturones verdes, alimentos o servir de alimento para diversas especies de animales.
De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2018 llevado a cabo por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), para 2022 la población de Medellín estaría principalmente concentrada en los rangos de edad de 25 a 29 años. Sin embargo, para 2035 se proyecta que la mayoría de la población estaría en los rangos de edad de 35 a 39 años, es decir, un aumento considerable en la edad de la población que a su vez aumenta los riesgos de verse afectada por la contaminación del aire.
El Valle de Aburrá, donde se ubica Medellín, tiene una geografía que agrava el problema. Rodeado por montañas, la dispersión de contaminantes es limitada, lo que contribuye a la acumulación de partículas finas en el aire, particularmente el PM 2.5, un tipo de material particulado que puede causar serios problemas respiratorios. La calidad del aire, es monitoreado por el geoportal Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá (SIATA), que ha reportado niveles preocupantes de contaminación del aire en la ciudad, especialmente en las áreas donde se realizan quemas informales de neumáticos.
Los neumáticos son comúnmente utilizados para recubrir los vertederos o rellenos sanitarios, ya que se consideran útiles en estos espacios, sin embargo, son un material muy fácil de prender fuego, adicional son difíciles de extinguir por lo que un incendio de neumáticos puede durar varios meses. Pero los neumáticos no solo se encuentran en los vertederos, hay un problema serio con la disposición final de estos residuos, por lo que se encuentran en casi cualquier lugar del país alterando el paisaje y perturbando a la sociedad.
Si bien, Los contaminantes producidos también dependen de la cantidad de oxígeno presente durante la quema, la velocidad del viento, la presión atmosférica y la presencia o ausencia de lluvia; en un alto o bajo grado, en nivel de importancia, son:
- Dióxido de azufre (SO2)
- Monóxido de carbono (CO)
- Óxidos de nitrógeno (NOx)
- Hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs)
- Partículas ultrafinas con diámetro menor o igual a 2,5 (PM2,5)
- Dióxido de carbono (CO2) y Ozono (O3)
Los componentes de los neumáticos son caucho sintético y caucho natural, Relleno (sílice, tiza, negro de humo), Textiles y acero, otros compuestos como óxidos de zinc más aditivos, entre otros.
“Estos contaminantes liberados por la quema de neumáticos se consideran en su mayoría tóxicos, mutagénicos y cancerígenos, sin embargo los efectos dependen mucho del tipo de contaminante por ejemplo el SO2, es uno de los más tóxicos ya que causa irritación, inflamación, afecta el sistema respiratorio, el sistema cardiovascular, causando ataques cardiacos y accidentes cardiovasculares, trastornos en el sistema nervioso, enfermedades degenerativas, enfermedades agudas o crónicas, cataratas, cáncer, entre otras.
El CO tiene una gran afección al sistema cardiovascular, ya que la presencia de este gas en el cuerpo reduce el transporte de oxígeno por la sangre, y si el tiempo de exposición es prolongado puede causar la muerte, a lo anterior se le conoce como la muerte dulce, además puede provocar cáncer, enfermedades degenerativas y enfermedades crónicas o agudas”, afirma David Aguiar Gil del Grupo de investigación y laboratorio de monitoreo Ambiental G-lima de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia.
Algunas personas corren más riesgo que otras, no obstante, gran parte de la población es sensible a padecer consecuencias por tener contacto con los contaminantes.
Niños: Afectan su sistema respiratorio, inmunológico, neurológico, sistema nervioso central, en el futuro puede generar muerte prematura.
Bebés: Afecta su desarrollo, en el futuro puede generar muerte prematura. Ancianos (Mayores de 65): Son hipersensibles por el deterioro natural de los sistemas biológicos.
Personas con enfermedades crónicas especialmente con afecciones en el sistema respiratorio o cardiovascular: Puede agravar las enfermedades que ya tienen y les provoca síntomas más intensos y más rápidamente que una persona sin enfermedades previas.
Mujeres en embarazo o en lactancia: Afecta el desarrollo del feto o bebé.
Deportistas: Mayor exposición debido al mayor consumo de oxígeno durante la actividad física.
Trabajadores al aire libre: Mayor exposición
Personas de bajo nivel socioeconómico: La población presenta varias enfermedades y dificultades para tener un tratamiento, por lo que los vuelve susceptibles
Legislación insuficiente para enfrentar la crisis
Aunque Colombia cuenta con la resolución 1623 de 2017, que regula la disposición final de los neumáticos a través de un plan posconsumo, la implementación de este plan ha sido limitada. La economía circular, que busca aprovechar los desechos mediante su reciclaje o reutilización, aún no ha logrado despegar en el país debido a la falta de infraestructura y políticas efectivas. Como resultado, los neumáticos continúan siendo quemados o almacenados sin un control adecuado, generando serias consecuencias para el medio ambiente y la salud pública.
Por otro lado, la resolución 2254 de 2017 establece límites para la concentración de contaminantes atmosféricos, con un enfoque en la protección de la salud pública. Sin embargo, la falta de mecanismos para hacer cumplir estas normativas y el aumento de la actividad industrial han dificultado que estas regulaciones logren los resultados esperados.
Impacto en la salud y el medio ambiente
Las consecuencias de la quema de neumáticos en Medellín son visibles tanto en la calidad del aire como en la salud de la población. La Universidad de Antioquia, en colaboración con el SIATA y la Agencia Espacial Europea (ESA), ha realizado estudios que demuestran que los contaminantes liberados por la quema de llantas tienen un impacto directo en la salud humana. Los habitantes están expuestos a sustancias químicas tóxicas que ingresan al cuerpo a través de la inhalación, el contacto dérmico y la ingesta, provocando una variedad de problemas de salud, que van desde enfermedades respiratorias hasta cáncer.
Además, los contaminantes liberados en el aire afectan negativamente los ecosistemas locales. Las sustancias tóxicas se depositan en el suelo, lo que altera su composición y reduce su capacidad para sustentar la vegetación.
Inspirar el cambio: Un llamado a la acción
La crisis del aire no puede ser ignorada. Los efectos de la contaminación ya se sienten en las grandes ciudades, y con el crecimiento poblacional proyectado para los próximos años, la situación podría empeorar si no se toman medidas drásticas. Es crucial que tanto los ciudadanos como las autoridades tomen conciencia de la gravedad del problema y adopten prácticas más sostenibles.
Cada persona puede contribuir al cambio para una mejor calidad del aire, desde la reducción del uso de vehículos particulares hasta la correcta disposición de residuos. La educación y la concientización son claves para generar una sociedad más responsable con el medio ambiente. Solo mediante un esfuerzo conjunto podemos asegurar que el aire que respiramos sea limpio y que el futuro de Colombia esté orientado hacia un desarrollo verdaderamente sostenible.
Medellín se ha convertido en huésped de empresas del sector tecnológico y su llegada ha incrementado la generación de residuos electrónicos. Aunque el sector tecnológico e industrial del Valle de Aburrá ha logrado disminuir la huella de carbono, no es claro qué están registrando los indicadores de gestión pública en el monitoreo y control.
Por su parte, ¿Qué están haciendo las empresas del sector tecnológico?
El Impacto ambiental de la IA: Las empresas tecnológicas también tienen responsabilidad en la reducción de emisiones
En medio de su apuesta por la inteligencia artificial (IA) y la creciente demanda de potencia informática, Google, que se ha destacado por su liderazgo en energía renovable, enfrenta ahora el reto de equilibrar la innovación tecnológica con sus objetivos ambientales. Según su último informe ambiental, las emisiones de gases de efecto invernadero de la compañía alcanzaron 14,3 millones de toneladas de CO2 en 2023, un incremento del 48% desde 2019.
Esto demuestra que ha experimentado un aumento en el uso de centros de datos masivos que procesan cantidades colosales de información, impulsando las emisiones de carbono. Aunque Google se ha comprometido a lograr «cero neto» de emisiones para 2030, el rápido crecimiento de la IA generativa está complicando ese objetivo.
Por su parte, el impacto de la IA generativa, popularizada por herramientas como ChatGPT, es un problema que también afecta a Microsoft y Amazon. Microsoft, el segundo mayor proveedor de servicios en la nube, reportó un aumento del 29 % en sus emisiones desde 2020. Calcula que para 2030, eliminará sus emisiones de carbono y para 2050, todo el carbono que ha emitido. Mientras tanto, Amazon ha fijado como objetivo 2040 para lograr una huella de carbono neta cero, un plazo más largo debido a la magnitud de su operación logística y su creciente negocio en la nube.
A pesar de los esfuerzos por parte de estas empresas para compensar su huella de carbono mediante inversiones en energía renovable, el éxito de la IA generativa está ejerciendo una presión considerable sobre los recursos energéticos.
Los gigantes tecnológicos están en una carrera contra el tiempo, no solo para liderar en innovación, sino también para cumplir con sus ambiciosos objetivos climáticos. ¿Podrán mantener este equilibrio y aportar a la calidad del aire?
Calidad del aire: Soluciones hacia un futuro sostenible
A pesar de la magnitud del desafío, existen soluciones viables que pueden marcar una diferencia significativa en la lucha contra la contaminación del aire. Por una parte el compromiso de las empresas de tecnología, las políticas públicas de control contribuyendo a mejorar la implementación de la economía circular en la gestión de neumáticos. El reciclaje eficiente y la reutilización de estos materiales no solo reducirían la cantidad de desechos, sino que también crearían oportunidades económicas sostenibles.
También es esencial que el gobierno fortalezca la legislación existente y aumente los mecanismos de monitoreo y control. La adopción de tecnologías limpias y el fomento del transporte eléctrico también son fundamentales para reducir las emisiones contaminantes.
Por otro lado, denuncias de quema de llantas sin distingo de protagonistas o lugar donde se estén realizando, y que afectan la calidad del aire, se pueden reportar en la Unidad de Emergencias Ambientales del Valle de Aburrá. Tel. (604) 385 6000 Ext. 127.
Fotos: Diana Cala
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