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Por medio de los pagos digitales y en pocos segundos, las nuevas tecnologías facilitan la compra y pago de bienes y servicios desde el teléfono móvil.
Ha sido tal el auge y la masificación de estas oportunidades, que el Gobierno Nacional dio a conocer en diciembre del año pasado el Decreto 1692 mediante el cual establece la regulación para realizar cobros y pagos digitales.
Un avance significativo
El objetivo de estas reglamentaciones es abrir la puerta para que los pequeños comercios y emprendedores puedan contar con una alternativa para que sus clientes realicen pagos a través de medios digitales.
Usando medios como: billetera móvil, códigos QR o por medio de NFC (Near Field Communication), así como por medio de tarjetas débito y crédito.
No obstante, la posibilidad de hacer transacciones por estos medios, obliga a los usuarios a ser prevenidos y protegerse contra nuevas formas de fraude.
El contexto de los pagos digitales
Un reciente informe de Kaspersky reveló que, durante 2020, una de cada dos transacciones fraudulentas en el sector financiero se debió al robo de cuentas corrientes.
Esto mostró un incrementado por el creciente número de transacciones, tanto de comercio electrónico, como de los servicios de banca en línea.
Los más usado
Uno de los tipos de fraude más usado para robar los datos de las credenciales bancarias sigue siendo el phishing.
Esta práctica se basa en el envío de mensajes falsos los cuales pueden venir a nombre de bancos o sistemas de pago, informando de un posible bloqueo o de actividad sospechosa en la cuenta personal del cliente.
El objetivo siempre va a ser el mismo: engañar a los destinatarios para que divulguen información confidencial, generalmente su contraseña de banca en línea o información de la tarjeta bancaria.
Lo cierto es que cuando hay nuevas tecnologías, hay nuevos riesgos, y la masificación en los pagos digitales, no es la excepción.
Conocer y estar alerta es clave
Los métodos de compra y venta basados en tecnologías QR (Quick Response) en ocasiones pueden tener códigos maliciosos que son puestos sobre códigos legítimos para despistar y estafar a los usuarios.
Por su parte, la plataforma NFC (Near Field Communication), al ser inalámbrica, es relativamente fácil de interceptar si no cuenta con las medidas de seguridad adecuadas por parte de los desarrolladores de las aplicaciones de los bancos.
Autora de esta columna
Los pagos digitales pueden ser tan seguros, accesibles y prácticos como para comprar en tiendas tradicionales y pagar en efectivo o hacer transacciones directamente en el banco, pero hay que tomar en cuenta:
- Nunca revelar sus códigos PIN, CVC (impreso en la parte trasera de la tarjeta), ni las contraseñas de uso recibidas por mensaje de texto.
- No usar los sistemas de pago electrónico en lugares sospechosos.
- No perder de vista la tarjeta mientras realizas la transacción.
- Mantener activas las notificaciones por mensaje de texto del banco.
- Bloquear la tarjeta si se nota alguna actividad fraudulenta e implementar una buena solución de seguridad en los dispositivos que se usan para realizar pagos, en los que se incluyan herramientas de protección para códigos QR.
En resumen, es importante ser cautelosos, los cibercriminales son especialistas en sacar provecho de cualquier circunstancia o novedad tecnológica para robar información sensible y, sin duda, el dinero de los usuarios.
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