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En un entorno donde abrir una cuenta o solicitar un microcrédito ocurre desde el celular, la verificación de la identidad digital dejó de ser “un paso más”, se ha convertido en algo importante para el sistema financiero.
Así lo plantearon Samer Atassi, vicepresidente de Jumio para Latinoamérica y Víctor Nieto, jefe de Producto para soluciones de software de Experian Spanish Latam. En una amena conversación, nos explicaron por qué la identificación robusta -impulsada por IA- es hoy el puente entre confianza, crecimiento y acceso al crédito.
Colombia: más ataques, mejores respuestas
El país enfrenta una presión diferencial: según datos operativos que observa Jumio, los intentos de manipulación de documentos y suplantación superan el 6 % del tráfico local, frente a un promedio global “apenas” por encima del 2 %.
La razón no es solo más digitalización; también hay herramientas más asequibles para los atacantes (y la formación de deepfakes, inyección de video, ediciones de documentos con IA, etc).
La lectura de Atassi es directa: la primera barrera ya no es “pedir la cédula y una selfie”, sino verificar si lo capturado es auténtico, antes de contrastarlo con una base estatal.
Esto exige modelos de IA que combinen las diferentes señales: documento, biometría, dispositivo, correo, teléfono, listas de sanciones y comportamiento, entre otros.


Samer Atassi, vicepresidente de Jumio para Latinoamérica.
Verificación de identidad digital con fricción justa
La fricción molesta cuando está mal implementada, pero bien calibrada, es una aliada importante.
El objetivo -resume Atassi- es aprobar al mayor número de usuarios legítimos y rechazar a la mayor cantidad de estafadores, con la menor fricción posible.
Experian complementa: además de identidad, hay que leer riesgo de crédito y riesgo de fraude en simultáneo.
La tendencia global es la convergencia de ambos equipos para lograr un costo óptimo: menos pérdidas por fraude y más conversión de clientes buenos. Agrega Victor Nieto.
De fraude digital a inclusión crediticia
Aquí aparece el punto que rompe mitos: controles antifraude bien diseñados no excluyen; habilitan.
En zonas rurales o remotas, el onboarding digital con prueba de vida y captura de documento desde un teléfono, abre la puerta a productos formales.
Nieto añade un matiz local: en Colombia, la bancarización ha avanzado, pero el gran cuello de botella es el acceso al crédito.
La solución pasa por señales de identidad confiables y por modelos que ajusten la fricción según el contexto: al perfil de bajo riesgo, una validación ligera; al de alto riesgo, más capas (por ejemplo, verificación presencial o biométrica adicional).
Inteligencia de identidad: más que “documento + selfie”
La inteligencia de identidad implica correlacionar muchas variables. Un caso concreto: la correlación dispositivo – identidad.
Si un mismo dispositivo abre decenas de cuentas con identidades válidas en pocas horas (escenario observado en Brasil en apuestas), no hablamos de un “robo de identidad” clásico, sino de una orquestación para explotar bonos o construir historiales “dormidos” y sorprender meses después.
Sin correlación y machine learning, ese patrón es invisible.


Víctor Nieto, jefe de Producto para soluciones de software de Experian Spanish Latam.
Verificación de identidad digital + datos, la dupla para hiperpersonalizar la fricción
Experian y Jumio describen un enfoque de hiperpersonalización: usar datos históricos, señales de comportamiento (biometría comportamental) e IA para decidir cuánta fricción aplicar en cada momento.
Incluso detectan fenómenos como el “bust-out”: perfiles que construyen buen historial, acceden a más crédito y, luego, dejan de pagar deliberadamente. Identificar ese patrón a tiempo evita pérdidas y cuida a los buenos usuarios.
Educación digital y reporte, la otra mitad del problema
No todo es tecnología. De acuerdo con algunos estudios, alrededor del 47 % de la población reconoce que necesita mejor educación financiera y digital.
Además, aunque más del 90 % de las personas ha visto o sufrido un intento de fraude digital, muy pocas lo reportan por burocracia o desconfianza en el proceso.
Alianza Jumio y Experian
No se trata de “revender” una API, sino de integrar capacidades. Jumio está embebido en la plataforma de Experian (CrossCore), sumando verificación de identidad y señales transaccionales al músculo de datos, analítica y riesgo de Experian.
El resultado:
- Implementaciones más simples y costos más competitivos.
- Mejor conversión de buenos usuarios y reducción del fraude y la morosidad.
- Un stack listo para escalar en Latam, con más de cinco años de trabajo conjunto.
Biometría, confianza y política pública
La identidad avanza hacia lo digital-first: menos plásticos, más biometría como llave universal, siempre que exista tecnología de verificación robusta. Para Colombia, el camino estratégico combina:
- IA contra IA: mejores modelos para detectar deepfakes, inyección de video y patrones sintéticos.
- Educación y reporte simplificado: ciudadanía informada que reporta y recibe respuesta.
- Hiperpersonalización regulatoria: marcos que incentiven fricción inteligente, no trámites infinitos.
- Transparencia: publicar reducciones de fraude para recuperar la confianza del usuario.
La idea fuerza
Sin verificación de identidad digital no hay economía digital sostenible. Con ella -y con datos, IA y buen diseño de experiencia- se desbloquea el trinomio: menos fraude, más inclusión y mayor crecimiento del crédito saludable.
Ese es el estándar que Colombia puede -y debe- liderar en la región.
¿La verificación de identidad te da confianza o te estorba? Déjanos aquí tu comentario.

